El hilo del pensamiento es muy frágil. Es muy fácil interrumpirlo.
Hoy es un nuevo comienzo. Tengo miedo de decirlo. Y ese miedo refleja inseguridad. Refleja que no me lo creo del todo. Pero no ahondaré en esto. Decido que me lo voy a creer. Sí, me lo voy a creer. Me haré cargo de mis creencias. Ese es parte de mi trabajo de cambio. De mi compromiso al cambio. Porque aunque mis creencias profundas empiezan a darme emociones de miedo, emociones que reflejan que no me lo creo, pues las detecto y esto es un avance. Las veo. Más complicado sería que no las viera. Es una ventaja.
Hoy decido cambiar parte de mis valores. Tengo entendido que un valor es algo que es importante para nosotros. Algo que valoramos y con base a ello tomamos decisiones. He decidido aminorar el valor que le doy a cosas como mantenerme ocupado tratando de lograr cosas inmediatas. Proyectos inmediatos. No, no es así. No está bien. Comienzo a darme cuenta que es necesario darle valor a cosas más importantes. Y no es suficiente con darse cuenta. Es necesario cambiar creencias, para darle valor a lo que es aun más importante: «¿Como voy a vivir los próximos diez años de mi vida? ¿Como voy a vivir hoy para crear el mañana con el que estoy comprometido?»
Este par de preguntas ha hecho que hoy deje de hacer muchas cosas de esas que me mantenían ocupado. He dejado de hacerlas. Aun cuando parecen «importantes» algunas de ellas. He decidido pensar al respecto, y más aun, tomar la decisión de hacer de estas preguntas mis guías.
«¿Como voy a vivir hoy para crear el mañana con el que estoy comprometido?»
Primero hay que tener claridad sobre cual mañana es el que se está buscando. Qué es lo que se quiere en ese mañana. Cual es el objetivo. Definirlo. Y definir ese contexto, ¿como será? Esto es lo primero que hay que aclarar. Es lo indispensable para comenzar a dar respuesta a la pregunta. Luego es necesario también desarrollar la creencia, la convicción como ingrediente necesario. ¿Creo en lo más profundo de mi ser que soy capaz de hacerlo? ¿Estoy convencido de que puedo hacerlo? ¿Estoy convencido de que es eso lo que quiero? Una vez satisfechas estas preguntas con las respuestas adecuadas es cuando se puede crear el compromiso, para luego vivir hoy para crear el mañana con el que se está comprometido.
Tengo trabajo interno que hacer. Y es lo que pretendo darle el valor que requiere y dejar todo lo demás como secundario. ¿No se trata del destino de mi vida? ¿No se trata acaso de definir lo que serán mis próximos 10 años? ¿No se trata acaso de llegar a un objetivo que mantendrá alineadas mis acciones más importantes durante los próximos 10 años?
Creo que fue en un libro de Lair Ribeiro que leí algo así: «No se trata de si vas o no a llegar, se trata de a donde vas a llegar.